El Diario de Marta la Rara

El Diario de Marta la Rara
Ana Bermejo

jueves, 8 de noviembre de 2012

Y luego me dicen a mí....

A mí my father siempre me ha dicho que nunca hay que echarle la culpa a otro. Vamos, que me he ganado más de un tapabullón por largar que el culpable de todo era el gusano rastrero de mi hermano. Y unas veces lo era y otras no. Y si eso sirve para mí, también sirve para los adultos, ¿o no? La verdad es que llevo unos días como de uralita con lo del Madrid-Arena. Al principio, me quedé medio patitiesa por la impresión, luego pensé que era un mal sueño de esos que se despierta una con un ayyyyy, pero a medida que pasan las horas, cuanto más pienso en ello, más triste estoy.  Y sí, sí que es cosa de niños, que tengo 13 años, cerebelo y pienso... y no entiendo ni media a los cincuenteañeros, adultos en general y políticos en particular. Cada vez que veo las imágenes del Arena en la tele,  cada dos minutos y medio, porque las repiten a troche y moche, es que se me encoge el corazón. Y pienso que allí, entre esa maraña de brazos, podía estar también el lerdo de Nacho, porque el muy momio más de una vez se ha colado en un concierto.  No, no es que haya hecho las paces con él, ¡qué va...! pero una cosa es una cosa... Joé. Ah! y también podía estar el tuyo... y el tuyo...; porque Rocio, Katia, Cristina y Belén también tenían hermanos. Lo que más me reconcome las narices, es que el personal - que no para de darle a la húmeda hablando de la tragedia-lo único que quiere es quitarse de en medio y echarle la culpa al otro en un pis pas.Y yo a ellos, a todos ellos, sí que les atizaría un tapabullón en el mismísimo occipucio: al Ayuntamiento, porque el edificio en cuestión es suyo y dio permiso para organizar el concierto (y encima luego la alcaldesa se fue de fin semana al quinto pino a "descansar"); al organizador, por cutre y avaricioso, porque donde caben siete no pueden entrar 2.000;  a  los ¿responsables? del servicio de seguridad que dejaron pasar a un mogollón de tipos sin echar una ojeadita a los bolsos, ni recortar las entradas, y según dicen la cosa tiene truco. Ah y a la policía municipal, por permitir que se colasen los del botellón y a los del botellón... por comportarse como una marabunta humana.  Y no, no pienso olvidarme de los cenutrios que lanzaron las bengalas.  Los únicos que de verdad no tenían culpa de nada eran Rocío, Katia, Cristina y Belén y los demás chicos/as que tan pichis asistían al concierto. Te juro por la cruci que cuanto más pienso en ello más triste me pongo, joé.

Marta supermustia

4 comentarios:

Andrea dijo...

Estoy contigo Marta! Contigo,y con todas las personas que han sufrido con esta tragedia :( Como pille a los de las bengalitas... como los pille... QUE SE PREPAREN! Besitos

Elena dijo...

¡¡¡Por fin he terminado ese maldito examen de cono!!! ¡¡¡POR FIN!!!

Anónimo dijo...

¿A que si, Marta? Yo me quedé medio pálida medio cruda y más patitiesa que un pato... Desde luego, menuda locura eh... A ver como se las apañan ahora los señoritos para salir de ese lía de carái.
Besos,
María.

Anónimo dijo...
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