El Diario de Marta la Rara

El Diario de Marta la Rara
Ana Bermejo

martes, 24 de diciembre de 2013

Ufffff... hasta los mismísimos de renos y pavos...¡Feliz Navidad!

¡Uahhhhhhh, me he equivocado de casa...! grité ayer como una loca al entrar en la que yo creía my home. Por que aquella no era mi casa. ¿O sí...? Tras el primer soponcio, - ese de ser o no ser, estar o no estar- eché una ojeadita a la puerta del ascensor, que aún seguía que si me abro que si me cierro,  miré el número del descansillo... miré mi llave... y la cara de la Baquero que me miraba con ojos de gusarapo desde un rincón. " ¿Cómo que te has equivocado de casa? Hija, de verdad, últimamente estás fatal!. Y sí,  lo reconozco a veces estoy del ala, ¿pero quién narices iba a reconocer la casa propia llena de muérdagos, pinos, angelotes, cajas, cajitas, bolas, bolitas y renos a mogollón?  A mi madre este año se le ha ido la pinza y ha llenado de renos hasta el salón. Oye, y  todo lo ha conseguido en un plis plas, porque cuando ayer por la mañana servidora salió pitando hacia la rue,  todo estaba normalito... vamos que no había ni un mísero reno asomando la cornamenta desde el hall. Que sí, que ya sé que es Navidad, joé, pero es que una cosa es una cosas y seis son seis. ¿Exagerar yo....? Para empezar,  nos ha endosado un  Santo Claus cantarín montado en un trineo arrastrado por renos a los que se les enciende la nariz que pone de los nervios  a la chucha pulgosa de Baby. ¿Quién va a ser? Mi perra, joé. Vamos, que a cada jua, jua, jua de Santa la chucha responde con un guau, guau, guau y un ufffffffff... uffffff  lobuno que le hace hasta tiritar. ¿Pensará la pobre que está en pleno Ártico? Yo creo que al final le va a dar un perrenque de tanto ladrar. Ahh.... también ha puesto un pino lleno de flores... con renos; y un ramillete de no sé que, con pinitos de cartón y un reno. Y cuatro angelotes tocando la lira, a los pies de una panda de renos y  montañas y montañas de espumillón y velas...con renos...al por mayor.  
Ahhh... no.... eso no es lo peor.... Cuando servidora - hasta los mismísimos de tanto despendole renil- estaba ready para evaporarse hacia el jardín  me di de narices con Ignacio I el Grande,  my father,  y traía bajo el ala... un pavo.  ¡No si a lo peor me ponen pavo para cenar! Pues te juro por la cruci que de esta me hago vegetariana... Ahhhh.... y esta noche solo pienso comer turrón. ¡Sí, hasta ponerme bombiza! Jopelines, joé

Feliz Navidad.....

Marta
Save the turkey and  Renos go home

viernes, 20 de diciembre de 2013

Entre el arrechucho, el oleaje y la estatua (de la libertad). Uaaaaaaaaaa

Después de ponerle a my father la cabeza como un bombo: "mira que venir a New York para ir de museo en museo", "anda que hay que ser", "pues si lo sé no vengo", que si esto o que si aquello, al fin Ignacio I el Grande (el pequeño es el mandurrio de mi hermano) decidió llevarme a dar una vueltecita por el puente de Brooklyn -que es lo más, casi tanto como la abuela de Rosita- y por la estatua de la libertad. Lo del puente de Brooklyn fue genial: gente que iba, gente que venía y Manhattan justo en frente. Ahhhh... y debajo el East River. Por un momento me vi como las protas de las pelis, con la melena al viento y con Brad Pitt a mi lado, mirando al más allá. Pero fue sólo un segundo, porque alguien me atizó en la cocorota y me dejó la melena como al bies. Era el mastuerzo de Nacho, el sapo apestoso que dicen que es mi hermano, que se nos había pegado en el journey. ¡Mira que es copiota, joé¡ Le miré con ojos asesinos y el tipo encima se rió. Un día le voy a soltar un languarinazo que va a aterrizar en Marte o más allá. Ya medio en volandas, porque había dejado mi coco aparcado junto al de Brad Pitt,  my father y yo y ESE nos fuimos hacia Battery Park. ¡Y yo creía que aquello era un parque de atracciones! Jopelines, joé. Pues no, allí sólo había barcos y más barcos... ¡Es que a la estatua de la libertad hay que ir en barco, so mema! oí decir justo en mi ear...Uffff, ufffffff. Le odio, le odio y le requeteodio. ¿En barco....? exclamé al borde del desmayo. Bueno... ejem.. ejemmm. a mí lo del barco como que no me va...es que mi estómago naufraga con mucha facilidad... y tanto traqueteo... y tanto aroma de pez... Me empezaron a temblar las rodillas y se me puso la tripa del revés. ¡Bueno sí, vomité y lo puse todo hecho un asco... Y qué...! O es que tú no vomitas nunca. Además, como dijo mi padre: "eso a los peces no les molestara" ¿Molestarles? Si llegamos a tierra con medio mundo pecil tras nuestra estela. ¿Comerán los peces donuts o pratzels...? o a lo peor es que allí la people vomita cantidad.  Iba yo con la cara más bien verde oliva y el ojo más flácido que un calamar cuando llegamos a los pies de la dichosa estatua. Era alta muy alta... jopelines si casi no se adivinaba la corona... ni la antorcha... Busqué con my eyes  el ascensor? ¡Ascensor.... llamé! Pero el tío andaba missing. ¿Qué hay que subir a patita por una escalera estrechita... llena de people...?grité  ¡Ah no, por ahí  no pienso pasar!  Mi progenitor me miró con ojos de lechuguino invernal y me espetó en mi mismísima nariz: ¿ Cómo dice usted señorita? ¿Qué me has hecho venir hasta aquí y ahora no quieres subir...? Subir... subí, sudando la gota  gorda y mosca cual mamut lanudo escocés. Y sí, me dio el arrechucho en mitad de la escalera... Sí, otra vez... Y entre Uffff, pufff, y auuggggggg, augggggg abandoné aquel recinto a toda prisa, mientras mi hermano gritaba a los cuatro vientos que de esta terminaba en chirona por dejar hecho un asco un monumento nacional. Ahhhhhh... y no quiero más risitas, ni cuchicheos... Y de esto,  te juro por la cruci, que no pienso decir ni una palabra más NUNCA JAMÁS.

¡Navidad... navidad... dulce Navidad...!

Marta. Y punto... en boca.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Rosita, su abuela y el pavo de thanskgiving

Ja,ja. Je, je, je. Ji, ji, ji. Ufffff....es que me parto... Desde que recibí el e-mail de mi amiga Rosita contándome la historia del pavo estoy je, je, je, je.... estoy que no vivo en mí. Ji, ji, ji... Jopelines, sí ya sé que no os he contado mi viaje a la estatua de  la Libertad. Bueno... hummmmmm, uffff, ya os lo contaré otro día. No, no es que esté harta de largar mi viaje a EEUU, qué va.... ya sabes que lo mío es darle a la húmeda sin parar.  Lo que pasa es que se me acumula la verborrea en el gaznate y no doy más de sí o de mí o de lo que sea, joé.
Te juro por la cruci que estaba dispuesta a contaros mi viaje en barco a la Estatua de Libertad junto a my father y al mandurrio de mi hermano - se nos  pegó como una lapa el muy sinsorgo; mira que hay que ser...-, pero es que cuando Rosita me contó que se les había rebelado el pavo...bueno en realidad, su abuela, el despiporre fue total, así que hasta me olvidé del puente de Brooklyn y de la estatua más bien free. Es que la abu de Rosita, je, je, je es lo más.... A la señora Lupe, que vive en México D.F., de vez en cuando le da por darse un garbeo por la Gran Manzana,  "para ver a su hija y a sus nietos. ¿A mi yerno? De ese, mejor no hablar", le cuenta a todo el que quiere oírle. A la abu Lupe New York como que no le va, dice que se vive mejor en México, porque allí al menos "hablan en cristiano!" y a ella lo de espitinglear se le da fatal y encima no pilla ni media, así que a New York va sólo de cuando en vez y siempre haciéndose de rogar. Este año, después de que su hija Rosa le llamase mil veces: "Venga mamá, no dejes de venir en thanksgiving , la  doña se plantificó en Ardsley con su moño bien repeinado y cara de raspa, dispuesta a pasar zansguibin "en paz".  La palabra paz puso los pelos de punta a la familia Rodríguez, porque según dice Rosita  cuando llega su abuela siempre se monta la mundial. Pero esta vez parecía tranquila, risueña, hasta chapurreaba en inglés. Todo iba bien, vamos normal, hasta que Doña Lupe dando un paseíto  por el jardín se topó con un pavo de tamaño regular que se le aposentó a su vera y le lanzó una mirada larguísima.  "Rosa, mi hijita" - le dijo a la madre de Rosita que ya ha pasado la cincuentena y es más bien carrozón, " pero has visto que ojitos tiene... Si es que tiene la misma mirada que tu padre...". Vamos, que el pavo en cuestión le recordaba a su difunto Antonio, y aunque everybody le insistió una y mil veces en que el abuelito, con su mostacho bicolor,  no tenía cara de pavo", a ella aquella mirada pavuna le removió el corazón.  Dice Rosita que la última vez que la vieron andaba sentada frente al horno, con cara de horror.  Y allí le perdieron la pista, porque cuando el día anterior a Thanksgiving la madre Rosita se dispuso a darle al bicho matarile, la abuela y el pavo andaban missing. Vamos que habían volado,el pavo se entiende, doña Lupe no. ¿Oye Rosita has visto a la abuela? le preguntó su madre a mi amiga. ¿La abuela...?  Estará con el pavo, digo yo.  Y justo entonces le dio el barrunto de que su abuela había emprendido una fuga intergaláctica para salvar al alado de su funesto final. Al grito de: Oh, Jesús, oh, Jesús, la family al completo emprendió la búsqueda de la abuela y del pavo, of course. Tras rebuscar por el jardín, mirar en el garaje y poner patas arriba media urbanización, acabaron por  llamar a la poli, vamos a los poli-blue:  ¿Dice usted que su madre creía que el pavo era su padre?  les preguntó un poli gordo, más bien moscón, mirando insistentemente la botella de whisky que asomaba del aparador. "Oiga, no, ejem. eso, eso.... no.... musitó un tanto azorada la fallida matarife, "eso era para el pavo... al whisky."  Los poli se intercambiaron una mirada risueña. Se oyeron varios ejem. ejem.. bueno, vale.... bien... y después de hacerle caminar un par de veces, "bien recta" sobre las losetas del salón,  al final dieron la voz de alarma: Se busca mujer, de 82 años, acompañada de pavo... y bla, bla, bla... Dos horas después la foto de la huida apareció hasta en las noticias de las 3. Buscaron a doña Lupe hasta en Las chimbambas, pero la abuela no apareció. Ni tampoco el pavo.  El día de thanksgiving andaban todos llorando a moco tendido junto a la mesa del salón, unos de hambre y otros de preocupación (dice mi amiga que solo comieron una pizza fría porque el horno no andaba para bollos- ni para pavos,  digo yo) cuando sonó el timbre de la puerta... y aquello parecía mismamente una manifestación. Allí, frente a ella, estaban en comandita medio cuerpo policial, un retén de bomberos,  el comité de la asociación protectora de animales; ahhhhh y la prima de mi padre con su marido,  sus perros, gatos, loros y demás. Sí, también estaba Doña Lupe,  tan pichi, junto al alado al que había salvado del degüello. Ahhh y todos llevaban una pancarta bien grande: Save the turkey. Y la abuela, en plan farruco,  le preguntó a su hija muy seria: ¿Sí o no? Cualquiera decía que no ante aquella avalancha humana. Así que abuela y pavo, pasito a paso fueron pa dentro, con la cabeza bien alta, y se pusieron bombizos de pizza fría. Sí, el pavo también.  Ahhh y me dijo Rosita que el turkey de vez en cuando levantaba el ojo y miraba a su abuela como si fuese una porcelana china o una cajita de cloisonné. ¡Ummmmmmm, ummmmmmmmm....! Jopelines, ahora que lo pienso, ¿no se le ocurrirá a la mia a mamma poner pavo en Nochebuena..?. porque servidora entonces también puede montar la mundial.  Y el que avisa no es traidor.


Tu amiga Marta. Y punto
"Save the Turkey"


miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡Y los dinosaurios existen. Joé!

Y no, no estoy hablando de tu tía Enriqueta. Mira que hay que ser malpensada,¡narices!. Yo hablaba del museo de Ciencias... - burra, que se llama de Historia Natural, mete baza el gusarapo de mi hermano- bueno pues el de Historia Natural -(le odio, le odio y le requeteodio)- fue la repera. Joe, te juro por la cruci que me dejó el coco como al bies. No te mola, si tiene hasta dinosaurios de verdad. Buenos, esqueletos de dinosaurio, se entiende, pero de esos gigantes que salen en las pelis... Sí, esos que tienen el morro en Manhattan y la cola en Singapur.  Narices, si por tener, tienen hasta arqueopterix, una especie de pájaro-dinosaurio del año catapún que según largó mi santo padre era la bomba mundial. Yo, así, entre tú y yo, les vi un poco birriosos, unas cuantas plumas aquí y una especie de pico allá, eso sí, todo bien incrustado en piedra. Pero Ignacio I el grande, vamos my father, me aseguro que aquello era la pera mundial. Vamos, lo más.  Yo, al principio iba con cara de acelga pocha, mira que estar en New York e ir de museo en museo, jo-pe-li-nes, iba largando a los cuatro vientos. Y al quinto también. Pero, poco a poco, se me fue quedando cara de besugo, con los ojos bien abiertos, y el cuore lleno de emoción. ¿Me estaré convirtiendo en una de esas cursi lindas que lo aprueban todo y las Ciencias también?, me pregunté a mí misma. ¿Quien tú?, se carcajeó Marta Mustia en mi mismísimo colodrillo.  ¡No hija, no te preocupes, que tú eres más bien cerrojo!, insistió con muy mala milk mi otro yo. Seguía  la muy mastuerza despiporrándose viva, cuando le/me miré con ojos de celacanto, vamos de odio total, pero en cuanto la Baquero vio que empezaba a poner cara de raspa y comenzaba a torcer el ojo izquierdo hacia mi interior, - ¿cómo si no voy a pegarle/me un sopavirón,- se puso como una pantera y poniéndome un dedo en el entrecejo me soltó una de sus cantinelas favoritas: ¡Ah no, se-ño-ri-ta, aquí también no! Más vale que my father, que ese sí que es la bomba mundial, antes de que la cosa llegara a mayores me prometió llevarme esa tarde al puente de Brooklyn y luego a Battery Park, y de allí a la estatua de la Libertad. Así que una, que en el fondo es una cochina vendida, juró comportarse bien,  como una señorita de Merimé, vamos como una cursi de merde. Y lo cumplí, que una tiene palabra. Y sonreí... Y hasta me comí una hamburguesa pringosa llena de kétchup... Ya sé que no me gusta el kétchup, joé, pero luego me limpié los dedos en la mochila de mi hermano...je, je, je... Y hasta le pase la mano por el colodrillo... con mi mejor intención.


Ahhh y tengo news de mi amiga Rosita... Al parecer este año se les rebeló el pavo en thanksgiving, ¿o fue más bien su abuela Lupe?, pero eso te lo contaré otro día....que hoy tengo una cita con Martín. tilín.

Bye, bye. Arrivederchi. Auf wiederhesen, Adieuuuuuuuu.....  ¿Y cómo se dirá adiós en chino...? ¿Y en ruso? ¿Y en búlgaro...? ¿Y en vietnamita...? ¿Y en portugués?¿Y en guaraní. Pues sí, quiero convertirme en una poliglota total.  

Tu amiga Marta. Y punto.

martes, 26 de noviembre de 2013

Muda for a while

No, no creas que en el Metro-poli-tannnn terminó mi aventura USA. ¡Qué va...! Lo que pasa es que he tenido un desencuentro por un "allí quitame esas pajas" con el bobolindo de mi hermano, y  la muyyyyyy de la Baquero me ha dejado muda, vamos sin ordenador, "hasta que aprendiese a comportarme como "una señorita". Y eso, por darle un par de patadas de nada a Nacho en la espinilla, y por convertir su chandal en una masa mugrienta, dos horas antes de su partido de baloncesto. Y por... ¡Pero si todo era una broma, joé! ¡Pero si estábamos jugando, jopelines! ¡Es que algunos no tienen sentido del humor! largué yo a grito pelao por las cuatro esquinas. ¡Ahhhhh. Y no quiero oírte decir ni un taco más! añadió la muy cenutria mirándome con ojos de hielo. Oye, que joé no es un taco, repliqué yo haciéndome la listilla. Iba a añadir que jopelines tampoco, cuando la señora de Ignacio I el Grande, vamos la mía mamma, añadió: !Ah sí, pues ahora te quedas sin ordenador una semana más!.

¿Qué si ya soy una señoritinga de esas de la época de Merimé?  Nasti de plasti. Es que mi abu, que estaba al quite, me echó una manita: "Vamos, hija, dale un respiro a la chiquilla. Que tú, a su edad... Y entonces se me pusieron los ojos como tiritas y miré a la Baquero con ojos de hurón. ¿Qué ella a mi edad quééééééééé?, espeté yo, intentando averiguar todos sus secretos. Pero mi abu no soltó ni media y la Baquero desapareció en el híper espacio en un plis plas. Uhhhhhhhh. Uhhhhhhh, musité para mis adentros. ¿Aquí hay gato encerrado? me dije para mí. ¡Aquí hay tomate y medio! me respondió mi otro yo. Y por una vez, y sin que sirva de precedente, le di la razón. Así que he estado tan concentrada dándole vueltas al cerebelo sobre los secretos ocultos de la adolescencia de la mia mamma, (narices está muerma también ha sido adolescente una vez) que la Baquero se ha creído que servidora ya estaba dispuesta a convertirse en una cursilinda total, vamos como esa mema de la Margaritina que me ha robado a mi ex, y me ha levantado el castigo.  Pues sí, sin más. Mira que hay que ser inconstante, me dije para mí. Es que un castigo es un castigo, insistí. Y de lo más profundo de mi cocorota surgió un rugido, tipo aullido: Tía, tú eres una completa gilipúa. Pues si era mi otro yo, y por una vez... Vamos, que le di la razón.

Y aquí estoy de nuevo, dispuesta a contarte mi visita al Museo de Ciencias. Porque el plasta de my father se puso farruco y a pesar de mis quejas:  ¿Otro museo? ¿Y el puente de Brooklyn? ¿Y la estatua de la libertad? ¿Y Central Station?,  no dio su brazo a torcer. Así que al día siguiente, aún no había olvidado mi encuentro japonés, cuando me vi en una fila, rodeada por ciudadanos del país del sol  naciente (¿Quiénes van a ser? Japoneses, joé), rumbo a unas mandíbulas inmensas, porque sí en el Museo de Ciencias hay dinosaurios de tamaño natural.

Psssss. pssssss. corto y cierro. ¡Mamá que ya voy.... ! ¿En el ordenador yo...? ¡Que infundios.... ! Pero si estoy estudiando mates. Es que hay que ser desconfiada, joé.

Tomorrow more.

P.D.: Por cierto, me han llegado rumores de que desde EEUU me andan vigilando, oye y desde Rusia también. Ahhhh, y así, entre tú y yo, alguien me sigue los pasos desde China. ¿Serán amigos del malvado Chang?

Marta y punto.

martes, 5 de noviembre de 2013

A los pies del Metro-poli-tannnnnnn

Que sí, que ya me acuerdo de que no había terminado la  historia, joé. Ya vaa...... Ya va..........
Bueno, pues andaba una dale que te pego con su otro yo: "pero si es que eres lerda total", me decía Marta mustia; "pero mira que dejar que te arrastre una banda de japoneses, con lo minis que son", "pero si es que no estás en los que estás..." que si esto que si aquello, cuando de pronto de lo más profundo de mi gaznate salió un aullido tal que así: ¡Que te calles de una repajolera vez o te doy un tapabullón!, a la vez que me ponía en postura de combate, vamos dispuesta a darle/me un languarinazo con medio tirabuzón. Oye, y aunque no te lo creas, allí, a los pies del Metropolitan, a cuarto y mitad de la Quinta Avenida,  por un segundo se hizo un silencio sepulcral, claro que duró eso, un segundo, porque de pronto se oyó un chillido desgañitado: Uhhhhhhhhhh, she is crazy... a la vez que el personal corría en tropel escaleras abajo, mientras me miraban con ojos de huevo duro. ¿Pero bueno, es que en este country una no puede discutir con una misma, repliqué yo. Estaba a punto de soltar que entre Marta Mustia y yo había como un desencuentro total, cuando una panda de tíos cuadrados vestidos de azul se lanzaron sobre mi chepa y me dejaron hecha un burruño. Jopé, estos deben ser Los hombres de Harrelson, grité para mis adentros... y para mis afueras, vamos a gritos total. Y fue entonces cuando oí la voz de mi santo padre, Ignacio I el Grande, que venía a sacarme del entuerto. Please, please, she is my little daughter. I can explain you... Jopelines, pero si my father espitiqueaba inglés.  Después de un cuarto de hora de sorry, sorry, sorry, she is not dangerous at all, she is only a child. We are foreigners and I will take care of her, uno de los guardias, que era chileno, se apiadó de mí. Yo le miraba con ojos de cabra degollada, mientras Ignacio I el Grande, intentaba solucionar el misunderstanding. ¡Pero señor, es que la niña no puede ir amenazando a la gente, y menos frente al Metropolitan! ¿Lo entiende, no? Es que aquí hay unas normas, que hay que cumplir. Entonces metió baza de nuevo Marta Lanzada y se explayó a modo, tratando de explicarle al poliblue que una solo se pega consigo misma, vamos que no soy dangerous para nada.  La mirada de uralita del tipo no paso desapercibida para my father, que me puso una mano en la bocaza y después de darle las gracias un millón de veces: thank you, thank you, thank you.... -sin percatarse de que el tipo hablaba un español de aquí te espero- y de doblarse otro millón, mismamente hasta el suelo, me metió de un tirón en el museo, mientras los polis me seguían la pista con ojos de halcón. Nada más cruzar el umbral de la puerta mi padre me agarro por la cocorota y poniéndome un dedo en la boca me soltó a bote pronto: ¡Marta, quédate muda! Muda total. Y así, amordaza cual rothweiler, recorrí el Metropolitan, de la mano de Ignacio I, el grande. Mi padre había quedado con my family en la sección de Egipto, así que hacía allí nos dirigimos. Ohhhh, ahhhhh, murmuré yo al verme rodeada de sarcófagos multicolor. Ehhhhhh, uyyyyyyyyyyyy, seguía yo monosilabeando, mientras me quedaba petrificada ante las vitrinas con collares, vasijas, miniaturas..... ¿Y eso.... eso que es....? le pregunté a Ignacio I, que no andaba para muchas bromas, mientras me estopeaba cual columnata ante  unas pequeñas casitas, sin techo, eso que sí, con figuritas de vacas, bueyes, palmeras, barras de pan, carniceros, panaderos, pescadores... Eran como casitas de juguete del año catapún. Me quedé medio ensimismada...  Era como jugar de nuevo con muñecas. Andaba una soñando con su más tierna infancia, cuando la muyyyyyyyy de la Baquero se puso en jarras en mis mismas narices y con la vena de la sien del tamaño de un limón, me espetó a grito pelado. ¡O sea señorita, que la has vuelto a montar! Y yo allí, impávida, cual Nefertiti, me puse de lado y le miré con un solo ojo. ¿No estábamos en el país del Nilo? Pues eso.  Jopelines,  más vale que mothers no hay más que una. Que si llega a haber tres.....

Ahhhhh... por cierto,  allí al fondo, como dos pasmarotes, también estaban el cenutrio de mi hermano, que se despiporraba vivo,  y mi abu, la sonotone, que me lookeaba como al bies... ¡Y qué culpa tengo yo de llevarme mal conmigo misma, joé!

Marta. Y punto.

lunes, 4 de noviembre de 2013

¡Odio Halloweeenn....!

Sí, ya sé que everybody estaba esperando que una largase el final de lo del Metropolitan, pues mira, por medio se me cruzó Halloweeeeeennnnnnnnn y me dio como un flux. Es que una está hasta los mismísimos de tanta careta, de tanto colmillo y de tanta sangría. ¡Que no, que no me gusta. Joé! Que a mí lo de los sanguinolentos me deja patidifusa y el ver las streets repletas de tipos patituertos... brujas cochambrosas y aprendices de Frankenstein me pone el colodrillo al bies. Jopelines con tanto muerto andante y tanta murga.... Es que hay que ser....

Marta, (según larga por medio mundo el sapo apestoso de mi hermano) la RARA.