El Diario de Marta la Rara

El Diario de Marta la Rara
Ana Bermejo

lunes, 7 de enero de 2013

La reina Ortiz.

los Hay cosas que no se hacen, jopelines, ni aunque estemos en Navidad, que una es buena y rebuena, pero tiene una memoriaaaa. Y a mí el  que me la hace,  me la paga, aunque sean los reyes magos. Joé. Pues no, nadie me ha escrito, ni me ha llamado, ni siquiera ha  llegado un paje con mi cetro y mi corona y mi nombramiento real. Y no será por que no lo haya pedido bien ALLLLTTTOOOOOOOO, ¿no? ¿Qué va a ser...? Pues que quiero ser princesa. ¡Narices! Al principio, el día 6 de madrugada,  rebusqué entre las cajitas, por si podía haber un cetro perdido por allí. Luego despanzurré el árbol de navidad por si se había quedado mi corona enganchada en una rama. Y ya al final, cuando no encontré ni una cochina misiva real, me pillé tal mosqueo que me puse tal que azul, no por la sangre no, jopelines, por aguantar la respiración. Así que abrí la ventana para ver si divisaba a la cabalgata  y allí a lo lejos les vi. Se iban todos tan panchos hacia el oriente, dejándome allí en un sin vivir. ¿Oye y de mi regalo qué...? grité yo a los cuatro vientos. Pero nadie se volvió, ni dijo ni esta boca es mía. Así que pillé mi zapato y lo lancé bien fuerte rumbo a Belén. Entonces si oí un: Ayyyyyyy y un  grñññññññññ, tipo camello, que viene a ser en cristiano un uffffffff, ufffffff, ufffff. No sé a quién le di. A lo mejor fue a un paje o a lo peor a un king. De esta me destierran para siempre jamás. Claro que como dice mi abu: ¿Qué quieres ser princesa,  mi niña, para que..?. Si  tú  ya eres reina, la reina de esta casa. Así que a los magos que les den. Ah y que sepan que en mi reino, el año que viene, se pasa aduana. Y punto.

Marta la resentida

sábado, 5 de enero de 2013

Me pido un príncipe. Joé

¿Que qué le pido a los Reyes? Pues qué va a ser... No, yo no quiero ni un boli, ni un móvil, ni una pulserita, ni siquiera un modelito súper súper, ni un CD de Justin Bieber, ni tampoco unos zapatos de tacón. Y eso sí que molaría, jopelines.  Pero es que una es de ideas fijas, así que conmigo que no se anden the kings con zarandajas porque yo lo que quiero es... Pues sí,  ser princesa, joé. Ya sé que me repito y que ando  todo el día dándole la tabarra al personal, pero es que cuando se me mete algo en la cocorota... Mi abu dice que tengo que el coco como la piedra berroqueña. ¿De grande...? No, de dura, narices. Así que si el rey no quiere que ande todo el día dale que te pego con el tema princesil, que me haga princesa de una repajolera vez. Y a otra cosa mariposa. ¿Y si no ? Insistiré e insistiré y aguantaré la respiración hasta ponerme morada, que una es de natural más bien cerril.  La Baquero  me mira como si fuese una extraterrestre y solo repite: ay, Jesús, ay, Jesús. Claro que el cenutrio de mi hermano dice que eso me pasa por montar una república, que una no puede ser princesa y presidenta, a la vez. Ahhhh ¿nooooooooo? ¿Y por qué...? Tú puedes ser bobolindo y cretino, ambos, vamos both,  y no pasa nada. Ehhhh, ehhhhh, ehhhhhh. Ufffffff, narices como me vuelvas a dar un sopavirón se lo cuento todo a tu rey para que te deje a dos velas.  Ahhhh y en cuanto sea princesa te destierro y te mandó a ultramar.  Así  que señores reyes magos, se lo advierto por última vez, si este año tampoco me traen lo que les pido, ya pueden volverse a oriente, sin hacer ni una paradita en mi casa y a los pajes y a los camellos que les den. ¿El turrón y las copitas de champán? Esas se las toman en...  en casa de la rubilancia de  la Margaritona que segura que a esa sí que le traerán lo que les pide. Mira que tiene suerte esa cochina zanguilarga.  Joé.

Marta Órtiz. (casi princesa)

miércoles, 2 de enero de 2013

Y ojo al parche con el 2013.

Señor 2013: Espero que con eso de que es usted nuevo por estos lares no venga con humos y pretenda darnos el año, como ha hecho el mustio del 2012 y es que servidora ha terminado de su antecesor hasta los mismísimos. Así que cuidadín cuidadín, que como se pase de rosca, pego un salto en el hiperespacio y me largo al 2014 y que le den. Y a otra cosa mariposa. Para remate final  encima estoy bombiza y tengo el estómago hecho mixtos. ¿Que por qué? Jopelines,¿por qué va a ser? por la cena de Nochevieja. No sé a tu madre, pero a la mía cuando llega el 31 de diciembre se le va la pinza y se lanza a la cocina en plan kamikaze y prepara dos mil platos o tres mil si le da tiempo. Esta noche, por ejemplo, nos endosó una pularda, tipo carnero,  rellena, of course,  y  cardo, con bechamel, y unos entrantes (croquetitas, canapés, jamón, espárragos, ensaladilla rusa y ensalada nacional,  de escarola eso sí y con ajo, joé). Ah, y  una sopita, para mi abu, y unas almejitas, para my father.  Y tonelada y media de polvorones y seis kilos de turrón y dos cajitas de bombones y un tronquito navideño que aún quedaba y había que aprovechar. Y luego se quejan de que una vomite. Joé. Eso sí, no me acerqué a la cocina ni por casualidad para no molestar, no seas mal pensada, y me dedique al arte de ponerme hecha un cuadro, vamos de pintarme como una puerta, que para eso es Nochevieja y el personal, con tanta comida y tanta bebida, ni siquiera se percata de que una va decorada cual árbol de Navidad. Andaba yo dándole al eye para tener la mirada más profunda, cuando oí un: ¡Marta, ayúdame¡ Y una que, a veces, es bien mandada se lanzó de cabeza a la cocina para echar una manita. ¿Una manita? Al final terminé pegándome con cazuelas, cazuelitas, sartenes, sartencitas y platos de todos los colores  y tamaños y encima oliendo a ajo. Y mira que lo odio.Joé. Así que después de semejante ajetreo, cuando llegué al comedor ya estaba de aromas comistriles hasta.... si hasta allí mismo; pero tenía que cenar por que si no luego dicen que una es rara. Así que me senté en mi silla y comí a trancas y barrancas todo lo que la muerma de la Baquero iba depositando en mi plato. Y lo que añadía mi abu, que siempre me ponía un poquito más, "porque estoy creciendo". Y una dale que te pego a la cuchara y al tenedor y al cuchillo y a la cucharilla. A la hora del Happy New Year yo tenía el estómago a la altura de la alfombra y dos segundos después ya estaba a punto de fracasar cual Titanic, así que tras el segundo cantico me di el piro hacia el baño, claro que  solo llegue a la altura del ficus del pasillo. Sí, ese que está verde y esplendoroso y tiene la ramas en plan jungla. Te juro que a veces hasta me sonríe. Será porque le trato bien, porque cada día está  más alto y más rollizo. ¿A ver si en vez de un ficus es una secuoia? me pregunté. ¿Una secuoia? Crece como un loco por tus vomitonas so guarra, me largó mi otro yo,  que empezó  el 2013 como siempre, vamos, mal. Claro que una, que es una chica comilfó, se apalancó la húmeda en el paladar y no le dijo ni media, que para eso era Año Nuevo. Ahora, cuando la pille mañana se entera. 

Happy New Year y Próspero Merímé.

Tu amiga Marta.