El Diario de Marta la Rara

El Diario de Marta la Rara
Ana Bermejo

jueves, 11 de abril de 2013

De ranas, chaparrones y chubascos.

¡Atchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis! Tengo un catarro de los de antes de la guerra y aún sigo sacándome ranas de las katiuskas.  ¡Qué Semana Santa...jopelines! Sólo se le ocurre a la mía mamma mandarme a pasar la Semana Santa a Valdelapera con mi abu cuando el tempero -sí mujer el tipo que habla del tiempo en la tele- auguraba chaparrones y chubascos. ¿Chubascos...? Joé, eso no era llover eso era mala milk. ¿Y quién dice que el cielo es azul?.¡Mentira es negro o más bien gris marengo! Que lo he visto con estos ojitos, a través del paraguas, eso sí. Y si en verano el pueblo de mi abu ya es un rollazo total, ni te cuento que jolgorio cuando te está cayendo la mundial. ¿Y qué narices  hace una en un poblacho con veinte maduros, diez perros, quince gatos, y las cataratas de Iguazú desplomándose sobre tu cabeza? Atchíiiiiiiiiiiii. Pues qué va a hacer, ver la televisión, ponerse bombizas de torrijas y darle al móvil, porque en el cochino pueblo de mi abu por no tener no tengo ni ordenador. Así que tiré de móvil y hablé con medio mundo, parloteé con el hemisferio norte al completo y con cuarto y mitad del hemisferio sur. Por chamullar, hasta chamullé con el cenutrio de mi hermano que se había largado a Berlín a pasar unos díitas con sus compañero de clase, "en un viaje de fin de curso". ¿De fín de curso? me quejé yo a la mia mamma por esa asquerosa discriminación. ¡Pero si estamos en abril!, insistí, pero la Baquero, como siempre no me hizo ni repajolero caso y miró a su niñito como si se tratase de una cajita de cloisoné y le metió en la maleta, por si las moscas,  un salchichón. ¡A ver si el pobre iba a pasar hambre!  Atchiiiiiiiiiiiis. La muyyyy. Y hala, yo a Valdelapera. Claro que si yo he tenido lluvia, bobo Nacho ha vuelto convertido en cubito de hielo, porque en Berlín otra cosa no hará pero frío hace un rato. Así que el muy lerdo ahora tiene el moco el plan estalactita, la nariz roja cual pimiento morrón y los labios llenos de pupas como si se los hubiese restregado con nanas. ¡Que se chinche por suertudo! Pero te juro por la cruci que  como esto siga  así, pienso quejarme al Defensor del Menor que una cosa es una cosa y seis son seis. ¡Atchiiiiiiiiiiiiiiis!

Marta acuática