El Diario de Marta la Rara

El Diario de Marta la Rara
Ana Bermejo

martes, 26 de noviembre de 2013

Muda for a while

No, no creas que en el Metro-poli-tannnn terminó mi aventura USA. ¡Qué va...! Lo que pasa es que he tenido un desencuentro por un "allí quitame esas pajas" con el bobolindo de mi hermano, y  la muyyyyyy de la Baquero me ha dejado muda, vamos sin ordenador, "hasta que aprendiese a comportarme como "una señorita". Y eso, por darle un par de patadas de nada a Nacho en la espinilla, y por convertir su chandal en una masa mugrienta, dos horas antes de su partido de baloncesto. Y por... ¡Pero si todo era una broma, joé! ¡Pero si estábamos jugando, jopelines! ¡Es que algunos no tienen sentido del humor! largué yo a grito pelao por las cuatro esquinas. ¡Ahhhhh. Y no quiero oírte decir ni un taco más! añadió la muy cenutria mirándome con ojos de hielo. Oye, que joé no es un taco, repliqué yo haciéndome la listilla. Iba a añadir que jopelines tampoco, cuando la señora de Ignacio I el Grande, vamos la mía mamma, añadió: !Ah sí, pues ahora te quedas sin ordenador una semana más!.

¿Qué si ya soy una señoritinga de esas de la época de Merimé?  Nasti de plasti. Es que mi abu, que estaba al quite, me echó una manita: "Vamos, hija, dale un respiro a la chiquilla. Que tú, a su edad... Y entonces se me pusieron los ojos como tiritas y miré a la Baquero con ojos de hurón. ¿Qué ella a mi edad quééééééééé?, espeté yo, intentando averiguar todos sus secretos. Pero mi abu no soltó ni media y la Baquero desapareció en el híper espacio en un plis plas. Uhhhhhhhh. Uhhhhhhh, musité para mis adentros. ¿Aquí hay gato encerrado? me dije para mí. ¡Aquí hay tomate y medio! me respondió mi otro yo. Y por una vez, y sin que sirva de precedente, le di la razón. Así que he estado tan concentrada dándole vueltas al cerebelo sobre los secretos ocultos de la adolescencia de la mia mamma, (narices está muerma también ha sido adolescente una vez) que la Baquero se ha creído que servidora ya estaba dispuesta a convertirse en una cursilinda total, vamos como esa mema de la Margaritina que me ha robado a mi ex, y me ha levantado el castigo.  Pues sí, sin más. Mira que hay que ser inconstante, me dije para mí. Es que un castigo es un castigo, insistí. Y de lo más profundo de mi cocorota surgió un rugido, tipo aullido: Tía, tú eres una completa gilipúa. Pues si era mi otro yo, y por una vez... Vamos, que le di la razón.

Y aquí estoy de nuevo, dispuesta a contarte mi visita al Museo de Ciencias. Porque el plasta de my father se puso farruco y a pesar de mis quejas:  ¿Otro museo? ¿Y el puente de Brooklyn? ¿Y la estatua de la libertad? ¿Y Central Station?,  no dio su brazo a torcer. Así que al día siguiente, aún no había olvidado mi encuentro japonés, cuando me vi en una fila, rodeada por ciudadanos del país del sol  naciente (¿Quiénes van a ser? Japoneses, joé), rumbo a unas mandíbulas inmensas, porque sí en el Museo de Ciencias hay dinosaurios de tamaño natural.

Psssss. pssssss. corto y cierro. ¡Mamá que ya voy.... ! ¿En el ordenador yo...? ¡Que infundios.... ! Pero si estoy estudiando mates. Es que hay que ser desconfiada, joé.

Tomorrow more.

P.D.: Por cierto, me han llegado rumores de que desde EEUU me andan vigilando, oye y desde Rusia también. Ahhhh, y así, entre tú y yo, alguien me sigue los pasos desde China. ¿Serán amigos del malvado Chang?

Marta y punto.

2 comentarios:

María González dijo...

Ir a USA para andar de museo en museo... Menudo desperdicio, pudiendo subir a lo alto del Empire State, visitar la Estatua de la Libertad... Que raro eso de los tiempos pasados de tu madre, yo que tu me mantendría alerta, porque si escucho yo a mi abuela decir eso de mi madre no le quito ojo en medio siglo hasta enterarme de todo.
Saludossss,
María!

Andrea dijo...

Hola!
Me alegro de que te quitaran el castigo, a ver si pronto te enteras de lo que hacía tu madre para poder chantajearla xD
Un beso

PD: Quiero saber más de tu aventura en USA.