El Diario de Marta la Rara

El Diario de Marta la Rara
Ana Bermejo

viernes, 20 de noviembre de 2015

Ahhhh.... uhhhhh. Joeeeeeeee.

Sniffff. sniffff. sniffffff. Estoy triste de lo más. Andaba una dale que te pego a las mates. Joé mira que hay que ser sádico para inventar algo así, cuando oí en la televisión un gran buuummmmmmm, seguido de gritos y de un infinito number de pum pum, chin, chic, crassshhhhhh. Y servidora, que cuando se trata de números se pierde en un santiamén (y si no sabes qué significa se lo preguntas a mi abu que ahora no está el horno para bollos) pegó la nariz a la tele y de allí no se apartó. Oye y me dio como un escalo-calor... Y me temblaron las piernas y la oreja derecha se me fue patrás... Si llega a estar por allí el Dr. Nuez (un psiquiatra muy listo que sale en la tele) hubiese dicho que una estaba en shock, in other words,  más pallá que pacá. Tuvo que darme un toque Ignacio I el Grande, vamos my father,  a las del alba, para que apartase los eyes de la tele. Marta vamos hija, apaga eso que mañana tienes cole y hay que dormir. Oye, papá, esto qué era...?musité yo  ¿Una pelí...?  ¿Un documental...? porque una tenía la esperanza de que aquella escabechina, como las de Siria, Irak, Egipto o Nigeria,  fuese una más de hollywood...  No hija, eso era París. ¿Paris... con tower y todo ?, rumié para mis adentros... París, insistió él. Y mientras my father que no tenía la noche largona se alejaba cabizbajo murmurando algo así como: están locos... están locos... vamos crazy total, yo me juré a mi misma y a mi otro yo, que también andaba por allí, que al próximo que me llamara  rara le iba a atizar un tapabullón de órdago a la grande, vamos un soplamocos de cuello alto de los de antes de la guerra. Porque si una es rara... y anda más bien perdida por Aldebarán o más allá,  cómo se les puede llamar a esa panda de mastuerzos-mascachapas-sinsorgos-sisebutos-malandrines-cerriles, chichinabos y más... y más... (mira que yo largo, pero es que me he quedado sin words), que a golpe de bala mandan a tus vecinos, primos, hermanos, padres  y amigos al más allá. Y sin soltar una lágrima. ¡Narices! ¡Jopelines......!  ¡Joéeeeeeeeeeeee!

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